martes, 28 de julio de 2009

Una para el camino hecho de harina

Que extraño presentimiento el de hoy, me desperté queriendo saber que está haciendo ella, y no hay forma de saberlo.
Es hoy o es ayer? Ya no creo en el reloj colgado de la pared, parece desconfiar del tiempo. Ella.
Pienso en ella, no, no puede ser, los indomables perros callejeros inician su diario alboroto matutino, y esa bicicleta heredada desde hace casí tres generaciones, se han encargado de alejarla violentamente de mi cabeza.
Si tan sólo pudiese amasar y dar forma a mi destino, cualquier forma; pero mi forma al final, inverosímiles, atrevidas, infantiles o serias, le doy mil formas a esta mezcla de harina, agua y sal a gusto.
Aquí está prohibido confundir el croissant con un volante de auto, imposible imaginar que recorro el interminable desierto escuchando la misma canción, una y otra vez, y ver a lo lejos una boa que danza y una majestuosa indígena decirme 'Puedes quedarte a dormir aquí, conmigo'.
El pan francés no es un gigante porro, y no son graciosas las fálicas formas que le doy.
Los efectos de los hongos microscópicos surten efecto, los sueños se inflan ridículamente, ahora no sólo me veo afuera, estoy sintiendo el sofocante calor del trópico, el inmisericorde frío andino, la soledad de la playa, la humedad de sus labios y cada uno de los orgásmicos silencios que me regaló.
Hornos, música, moldes, piel, sal, movimiento, centeno, fuego y fermentación, amasar todo por espacio de 3 horas y salir de inmediato, de seguro esto explotará.
El primer tiempo terminó, la gente no me sonríe por amabilidad, sonríe por el reflejo de aventura en mis ojos, por las quijotescas batallas que quiero vivir, y, casi lo olvido, por la bicicleta.

Fotografía: http://www.flickr.com/photos/laiv/

viernes, 24 de julio de 2009

Fácil de olvidar

¿Y tú de que te ríes?
Me sonrojo por las gélidas palabras vertidas de ese cuerpo todavía caliente. Tengo que decírcelo, tengo que hallar una forma de no herirla. 'Me gusta esto', el rostro, cambia rápidamente de forma, ahora parece menos amenazadora, más culpable.
En realidad no me agrada, me digo a mi mismo, simplemente soy un actor con un guión impuesto y escrito por otro hombre perdido en la desconocida locura de los celos; deseo lo que él deseaba, acaricio un tesoro ajeno, sus fantasias son mis fantasias y su soledad mi compañía.

Mi debilidad, verla a los ojos y descubrir que el reflejo no me pertenece; el color de mi piel y de mis ojos, la forma de mis labios, son diferentes. Su profunda respiración, puedo bañarme en la necesidad de admiración de su ego, que excitante!, creo que me ama, creo que me ama, sé que me ama.

Ese no es mi nombre, ¿Qué estoy haciendo?, no hay necesidad de una respuesta, sus manos saben dónde encontrarla, y su boca me deja descubrir el ingrediente secreto, que muy celosamente guarda, la lluvia de verano: humedad, la energía nace de la parte baja de mi espalda y llega hasta la punta de una flecha dispuesta a acabar de una vez por todas con esta farsa, terminar con el obsoleto romanticismo, con cualquier protocolo, asesinarla lentamente, si el corazón no me pertenece al menos tendré el placer de ser el dueño de la carne.

Soy yo otra vez, sometido y sometedor, del caótico ritual el bing-bang se ha creado, veo una extirpe de hombres evaporarse sobre su delicado abdomen, todo es muy ruidoso, su voz tiembla; terminó la noche y llego el día, que nos devuelve la lucidez y la suficiente valentía de levantarnos sin mirarnos a los ojos.

Aprovecho su corto viaje a las tibias aguas purificadoras de pecado, para salir de prisa; 'Te veo el miércoles', uso siempre la misma frase.

miércoles, 22 de julio de 2009

La pandilla del camino

Sagrada hora y sagrado invento.
Pares de imperfectos y diminutos ojos admirando al superficial jinete, momentáneo héroe o consentido hijo de magos; haciendo magia también aplicando equilibrio y movimiento, al mismo tiempo, al brillante esqueleto metálico. Lejos quedó el hipnotizante girar del trompo, las desafortunadas caidas de los cometas, el baile del fútbol junto al unísono grito de gloria, gol!, las caminatas en dirección desconocida, costosas colecciones de insectos coloridos olvidadas en un instante, todas las batallas imaginarias que ganaron; el sentido de sus vidas pertenece de hoy en adelante a una desordenada fila.
Soñar es un regalo anónimo, intriga y placer.

Todos y cada uno, de forma circular, son impulsores del gran aparato; en el momento menos pensado la autosuficiencia actúa como las alas de un ave, manteniendo el cuerpo arriba muy arriba.
No está del todo mal bañarse la pierna con el barro que produce la sangre derramada sobre el suelo polvoriento, tampoco está mal recibir una señal, una geométrica marca divina en la cara dibujada con la delicadeza de un hilo fuera de lugar. No.

Conocer el sentido bíblico de la ambición es el siguiente paso, después vendrá la ceguera que lo niega todo, no hay vuelta atrás, es momento de la esclavitud.

Volverán todos los días a la ruta abandonada por el hombre, e irónicamente, en eso se convertirán.

lunes, 20 de julio de 2009

Palabras violentas

03:56 A.M., abadono el mecánico trabajo de interpretar y dar un significado a los números proyectados por la longeva pieza emisora de rayos catódicos; estoy cansado.
Tengo sueño, dentro de un par de horas dejaré la placentera soledad de la cama por un rígido asiento sin memoria.
No me permito pensar, práctico esta rutinaria forma de mantenerme alejado de lo desconocido.
Es irónico, pero me resulta imposible interpretar y dar un significado a las palabras que mi platónico amor acaba de regalarme; objetividad, miedo y experiencia, afirmo que entiendo todo, sin embargo estoy confundido por las señales que observo, besos con sabor a miedo, caricias de arrepentimiento y culpa, apasionadas fricciones necesitadas de la aprobación del mundo sin importar nuestra opinión y deseo, se supone que la dualidad es una de mis características, es mentira; sólo veo una cara de la moneda, sólo me alimento de una imagen y sólo hay un rostro que quiero ver al final de los días; la única experiencia válida para mí es el camino que me conduce voluntariamente al 'Hasta que la muerte nos separe'.
Hoy no ha funcionada nada, el frío se ha encargado de traerla de nuevo a mi corazón, al parecer otra noche corta e infinita se asoma por la ventana, una noche llena de espejismos, reflejos de algo que ya no existe.

sábado, 18 de julio de 2009

Árboles que hablan

Don Raúl todas la noches, religiosamente, realizaba la misma procesión a través de los caóticos y silenciosos pasajes de aquel mercado, como si inevitablemente formara parte de ese cuadro de miseria y soledad, de dolor y sangre, y de mucho alcohol y frío.
Se dice que entre la una y dos de la madrugada, y al parecer de manera intencional, en algún punto de aquel inhóspito universo, se genera una concentración de personajes de orígenes definitivamente diversos, pero que sin duda compartirán el mismo guión al final de película; el alcohol actúa como la gravedad, atrayéndoles al núcleo necesitado de calor y tendiendo una mano fraterna, mientras la otra tiene listo el bisturí que extraerá poco a poco y sin dolor el espíritu de cada persona reunida ahí.
De ninguna manera puede tratarse de suicido, aún sabiendo que el primer paso ha sido una decisión propia.

Jorge ha cometido por primera vez un acto de irresponsabilidad, afirmar que tiene la razón.
Y su intervención no pasará desapercibida por sus tan queridos compañeros de clase, una muestra más de la sabiduría y paciencia del ser humano para con los que nacieron un tanto diferentes al resto; se burlarán de él, y hasta es probable que reciba un par insultos, por parte de ese anónimo siempre presente, al salir de clase.
¿Cuántas veces ha sobrevido a los juicios que le hicieron sus difuntos padres, sus hermanos mayores dictadores de su vida, sus profesores aduladores y adulados, y toda la gente que ve en la calle a un intento de hombre?
Si bien el futuro es incierto, para Jorge administrar una improvisada guerra contra el hambre es todavía más incierto, los lentes donados por alguna hipócrita religión que ha perdido su dirección, no sirven de nada en este momento, está ciego de amor propio.
Los gatos callejeros no le ayudan con las ratas invasoras de ese sitio que es su hogar, acabar con ellas según la lógica, su lógica, incluiría acabar con él mismo, lógica y veneno.
De ninguna manera puede tratarse de suicido, aún sabiendo que una combinación así puede ser fatal.

Nicanor cargaba una mochila llena de libros, y estos a su vez abundantes de anotaciones y marcaciones, recupera lo que ha perdido, 'Carpe diem', eso mismo, pasarse horas y horas frente a la pantalla de una computadora, disfrutar cada segundo de esa realidad que le hacía invencible y comandante de un ejercito despiadado, disfrutó como las prostitutas disfrutan de cada nuevo cliente, ya saben lo que sucederá y cuánto tiempo tomará, pero son felices sabiendo que volverán a ganar en el mismo juego de todos los días.
Dejó la pasividad de su habitación para terminar lo que él mismo comenzó hace más de diez años, por voluntad propia, es díficil, ver los jóvenes rostros de aspirantes a jefes de él, no lo soporta, por las noches no dejaba de pensar en cómo cambiar el orden de las cosas, vivir y luego respirar? envejecer y después trabajar? fantasear y posteriormente estudiar?.
Es tarde ya, sin hacer ruido entró al baño, y se afeitó la creciente barba que delataba su verdadera edad, esa edad que sus ojos parecen haber olvidado porque reflejan una juventud curiosa por entender de cerca como empezar el viaje. Verse morir es un placer tan intímo que no me atrevo a imaginarlo, eso se dice mientras desvía el curso normal de la sangre de su cuerpo.
De ninguna manera puede tratarse de suicido, aún sabiendo que las hojas de afeitar siempre están sedientas de la savia dulce que brota del árbol caído.

lunes, 13 de julio de 2009

Blanca vida y eterno amanecer

Hace treinta y siete años exactamente, la vida del siempre viejo estudiante de matemáticas tuvo el único punto de inflexión, digno de llamarse así: 'conocerla'.
Ella dijo 'Buenos días', pero en su mirada se advertía una severidad intimidante y una necesidad de marcar la relación en base al respeto mutuo.
El no sólo no encontraba las palabras que podrían describir aquella expresión de sus ojos, sino también nunca sabría identificar el color de su piel; tampoco podría dejar de pensar en la perfección de su delicado cuello, ninguna ecuación que conocía le explicaría semejante belleza, y mucho menos olvidarse la furtiva sonrisa que le regalo, en un instante de debilidad.
Sorprende lo rápido que se sucedió todo en su corazón, el amanecer estaba muy próximo, no se acordaba de cuando fue la última vez que esperó tan ansioso y desesperado el nuevo día, pasó toda la noche repitiendo una palabra: Alba, sí, ese era su nombre, un nombre premonitorio de una verdadera vida por delante.
Los miles de días que despertó a su lado, la infidad de veces y kilometros que tuvo que caminar para estar junto a ella, los improvisados almuerzos de cada día, el difícil trabajo que resultaba contener las lágrimas cuando la veía dormir, tan conmovedor espectacúlo y el largo beso de, todas, las buenas noches; el viejo se rehusaba a aceptar el amor como la cotidianidad de vivir al lado de ella, para él cada amanecer era sinónimo de oportunidad de amar, y de ahí provenía la energía que alimentaba su cuerpo y su corazón.
Hoy le es más difícil caminar hasta la cocina a prepararle el desayuno y sus ojos hacen todo lo imposible para no dejarle leer un viejo libro de cuentos infantiles a ella, creo que sé de que se trata todo esto, pero no lo entiendo por que estoy vacío o quizás estoy lleno de miedos, entre esos, miedo a vivir.

miércoles, 8 de julio de 2009

La cuerda

La desesperación no conoce los límites de mi corazón, estoy seguro. Parece que se divierte al verme tratando de esquivarla, sádico juego éste, no lo soporto.
Estoy aburrido de morir cada día y despertarme para saber que hoy tampoco habrá fiesta de cumpleaños, empiezo a creer que debí aceptar aquella mano que muy gentilmente me tendió el hombre de rojo.
Sólo pienso en acariciar ese delicado cuello y decirme a mi mismo, hiciste un buen trabajo, duerme mucho y bien.
Hey!, oh, ¿Dónde estás?.
De pronto siento una línea fría y húmeda que nace de algún punto de mi mano, todo ha terminado. Ya no escucho ese monótona melodía de amor, las graves notas de la canción se esfumaron igual que mis semillas se perdieron en algún lugar de su cuerpo.
¿Qué pasa?
La cuerda, eso pasa.

Cada día que la tentación se ha quedado ha descansar sobre mi cuerpo, he pensado en tí.

sábado, 4 de julio de 2009

Sólo estoy durmiendo

Seguro ya no podré decirle a mi vieja "por favor no me despiertes, ni me muevas, déjame donde estoy, solamente estoy durmiendo", ahora cuida de los querubines ahí arriba.
Tampoco será lo mismo jugar con el submarino amarillo en la bañera, tengo pelo donde antes no tenía.
Y el doctor Beto jamás olvidó a Doña Eleonora, esa misma de los cuentos de Poe.
Para mí quedaron lo impuestos y la incertidumbre del mañana, o debo decir la terrible certidumbre de que mi preciosa ave cantará aquí, allá y donde sea cuando yo no esté.
Creo que en este momento debo retirar el revolver de la bocaza, en su lugar colocar el auricular y gritar...AYUDA!

viernes, 3 de julio de 2009

Vida

¿Qué hacemos cuando la distancia nos acaricia y besa la frente cada día, para luego decirnos que esto no ha hecho más que empezar?
Yo quiero estar aquí, sacrificarme, por que vale la pena.
¿Cuándo dejarán de interrumpir mis sueños los latidos de tu lejano corazón?
No importa, esperaré.
¿Para llegar donde estás, es necesario dejar atrás todo?
No me regales tu vida, obsequiame la muerte para seguir viviendo.