jueves, 29 de abril de 2010

Parte de la religión


30 de Abril de 1993. Viernes 3 A.M.
El apagón terminó prematuramente la celebración constante de la vida, la música; la transición del joven frustrado al padre (i)responsable y rabioso, se robó el sueño del pequeño y soñador bribón que seguía el mismo patrón de conducta de todos los niños, ensuciarse y decir palabrotas cuando salía de casa.
No necesitó de sus ojos para moverse a través del pegajoso suelo por donde se había derramado más de una ves lágrimas de impotencia.
En absoluta oscuridad abrió un cajón, ahí, oculto entre el orden heredado de la madre, estaba el aparato cuya procedencia se debía a largas horas de hambre y la innata insolencia de la independencia.
El magnetismo de la cinta atrajo rápidamente a su rostro una sonrisa de suficiencia. El nuevo Dios estaba hablando, es hoy 'Parte de la religión', Charly García. Curioso y sin miedo, presionó el botón que, como un puño acariciando la nariz, cambió para siempre el modo de respirar.

Otra ves, nació la luz en sus oídos.

"Voy a cambiar, voy a insistir, voy a pelear, voy a seguir..."


El corazoncito palpitaba ahora, 'Necesito tu amor', tres minutos y medio de pensar en la niña que ignoraba por completo que existe un paraíso lejano, mucho más allá de lo que los ojos pueden ver, más allá de la piel, un paraíso al que pueden entrar todos, pero no se animan a despegar.

"Será porque nos queremos sentir bien que ahora estamos bailando entre la gente, será porque nos queremos sentir bien que ahora todo suena diferente..."


Un movimiento a la izquierda, dando la espalda al mundo, lo abandonó, ya no iba a volver, esta 'Buscando un símbolo de paz', si la vida no puede dar más, él puede darlo todo sin arrepentirse.

"Todo se construye y se destruye tan rápidamente, que no puedo dejar de sonreir..."

Sé que me miras, sé que me amas, tus verdades se han convertido en las mías, ya eres parte mi religión; rezaba.

"Comida, no hay más. Estoy en el medio de la selva esto no lo aguanto más..."

Río trae consigo el baile de soñar al borde de la cama, Os Paralamas do Sucesso y el 'Rap de las hormigas'.

"Adela en el más allá es una estrella clandestina que ilumina los despojos de amor. El sólo quiere mirar la calesita de los sueños que se fueron y ya no volverán..."

Era Adela, era el Carrousell, era imperfecto y culpable, era inocencia, pero ya no un niño, era David hablando con la guitarra.

"Por qué no hay nadie que mi piel resista, por qué no hay nadie que yo quiera ver...Yo soy de la cruz del sur aquí y en everywhere!"



La soledad le sienta bien, es listo, aunque el coqueto inglés sólo le haya dejado un 'Fax you' y el futuro 'Yo quiero ver un tren' daba señales de venir muy pronto, como el sonido de una espineta y su única cuerda.

"Ya se hizo de noche y ahora estoy aquí, mi cuerpo se cae sólo veo la cruz al amanecer..."

Criatura salvaje, encendida y sagrada.

"Yo sé que un día ya no habrá perdón, yo sé que un día no habrá confusión, porque si confías en mí todo estará siempre. Me vas a hacer feliz."

Otros tres minutos y medio de preguntas sin respuestas, dejaba en su cabeza la nueva sensación de lo eterno, de que es posible ser eterno si se quiere, si se quiere a pesar de las medias mentiras.

"Como un perro en la prisión recuerdo este pequeño amor bajo el sol."

Ella adivinó, no le gustó lo que sabía.

"Extasis, todo el tiempo vivo en éxtasis, una forma de amor, un remedio de ser feliz..."

Un bocado de aire, para continuar viviendo.

Mellotron, sintetizador, doce cuerdas, todo está ahí, en esa cinta desgastada. Treinta y siete minutos que le robaron toda la noche, le robaron la vida y no la quiere de regreso.

1987, ya no piensa más en 'Lo que vendrá'...es Adela en el Carrousell...

miércoles, 21 de abril de 2010

5

Veintiuno, dos y uno, el dos que no existiría sin el uno.

Los dedos de mi izquierda, no son suficientes, aunque sean cinco, necesitan de otros cinco para tener significado.
Y cuál es ese significado? El que se quiera dar libremente, por supuesto; que cambie con el tiempo, que se haga fuerte; que se transforme y evolucione, pero que nunca nos abandone.

Esa mano tendida, suave y tranquila, me dice que lo finito hace posible lo infinito; navegar, planear, respirar, todo resulta tan natural, cuando me rodea su imagen.

Dar las gracias, y es lo que pretendo con todo esto, para mí, es dar un sí a los espacios que llena su sonrisa, un sí a levantarse de la cama, un sí a echarse el mundo al hombro y caminar, un sí a mojarse bajo la lluvia, un sí a regalarle esos eternos segundos de los que soy dueño; y un rotundo no, a dejar un corazón a medias.

La sencillez de mis acciones quizás explique la complejidad de mis emociones, o viceversa. Todo lo que de veras puedo ofrecer, no es más que abrir las manos y mostrar con valentía su contenido.


Foto: Gabriel Orozco

Es turno de la música, que las pulsaciones hablen ahora.


Just a perfect day,
problems all left alone.
Weekenders on our own
it's such fun.


Just a perfect day,
you made me forget myself.
I thought I was
someone else, someone good.


Oh, it's such a perfect day,
I'm glad I spent it with you.


Oh, such a perfect day.
You just keep me hanging on,
You just keep me hanging on.


You're going to reap just what you sow,
You're going to reap just what you sow,
You're going to reap just what you sow,
You're going to reap just what you sow.

viernes, 16 de abril de 2010

Paseando por Roma

Aún mi corazón permanece intacto.
Es mentira porque tú, en mi vida, eres el Midas de las emociones, lo que era mío ya no existe más; has dividido el núcleo hasta en tres partes, la del niño que se divierte, ríe y pasa el tiempo entre tus faldas besándote, la del adulto que te despoja de esa falda y jadea oculto entre tu espalda y cabello, nadando, buscando y manejando el pulso de tu divina puerta con los ojos, la del anciano y casi ciego hombre que espera de vos sólo tu compañía, matutina, fiel y consentida.

Ahora el muchachito caprichoso, en ésta tarde de sol, te ruega salir al patio a construir una colina, sin importar nada más que tus manos sobre las de él, y tus trenzas tentando a la nariz cantante; su timidez le prohibe llorar cuando te vayas, en cambio esa timidez desaparece cuando te habla de sus conquistas pasadas e inocentes, de las flores y cartas que deja bajo tu puerta al terminar el día; serán el sol, los dulces, chocolates y el vértigo que produce tu sonrisa, lo que impulse el triciclo sobre la explanada del tiempo.

El hombre mirando el horizonte sabe que ésta noche nada terminará en el punto donde comenzó y se habla a si mismo; un desierto puede convertirse en el húmedo y reconfortante paraje del alma, sólo se necesita confiar en la luz de una vela; que el roce de la piel signifique más que ardores incontrolables, que el viaje se haga acompañado sin la necesidad de abrir los ojos y mirar lo que ya hemos visto en las caricias de aquella unión; que redescrubramos siempre atentos el paisaje de lo imposible; palabras, música y color; temblores, amor y belleza, quién sabe si sobreviva al fuego que desencadenan tus silencios y tu entrecortada respiración.

Como se bebe un buen trago de aquella lejana agua, pacientemente te verá dormir, aprendió a tranformar sus conmociones más intensas en centelleantes sonrisas, cuando despiertes frente a él. El llegar entero, con frescura e inspiración, hasta éste amanecer se debe a la redención yacente, y soñadora, sobre una nube, sobre su cama. Certeza ha sido la primera palabra que le regaló, y hoy, al verla como ayer y mañana, vuelve a sentir como el calor de su pecho se adhiere a la hoguera que le dió vida, como ese río salvaje vuelve a su manantial calmo, a ella, descansando, para comenzar de nuevo, más allá del fin.

miércoles, 14 de abril de 2010

El caballo pintado (I)

Me duele abrir los ojos, la garganta reseca y partida como los labios, y en la nariz todavía queda el rastro del falso éxtasis nocturno, mis oídos ya no toleran el ruido de unos cascos aplastando botellas vacías, que he venido guardando durante toda mi vida, como un recordatorio de mi autodestrucción pasiva, lenta, sumisa.

El terrible sonido no termina, un puñetazo, un martillazo, y el sonido todavía me cercerna la respiración, y ya en el punto de no hay vuelta atrás, vi su pelo, hermoso y lejano; tropezando, suplicando de rodillas, libere a mi alma, la libere de todo mal con la ayuda del limón y la sal.

Entre un pie ensangrentado, y otro adormecido, estaba atento a mi profano trabajo de desenterrarle, pacientemente, fuí quitando capa a capa, hasta que su silueta me devolvió la vida.

No sé como llegaste, pero entiendo, por tu mirada, que ya no te irás.
No sé como llegaste, pero entiendo, por la dócil posición que adoptas cuando te acaricio y peino las crines, que tampoco te irás.
No sé como llegaste, en verdad, no lo sé.

Debo verte todos los días, con claridad o sin luz, pero debo saber que estás ahí, eterno.

Todo este peso en la espalda es nuevo para mí, mis débiles manos parecen haber estado dormidas todos estos años y me rompo las uñas, como se rompen las olas sobre una roca gigante y deforme, vaciando mi habitación de objetos de un pasado infeliz y mi mente de recuerdos que no eran míos, quiero admirarte en tu infinita belleza, ocupando todos y cada unos de los rincones de los ahora vacíos, mente y corazón; dejemos los círculos a un lado y quedémonos sólo con el vicio, con la tentación; quiero que vivas aquí, sobre mi pared, callado, majestouso y cómplice, indiferente a mis sentimientos amarillos, azules o rosas, quiero que vivas aquí hasta que el cansancio de la rutina te obligue a buscarte un prado más verde y yo deba destruirte, hasta agotar mis posibilidades en tu lomo, hasta que llegue el momento de revelarte los secretos que un mago callejero me enseñó en otra vida; infame.

Seguro que ambos envejeceremos y cambiaremos, pero la fé de haber amado más allá de nosotros mismos, se queda intacta, se llama verdad.