Es díficil asumir que hoy llegué al trabajo tan puntual que me convertí en el primer individuo en pisar el sedoso suelo de vieja madera; ahí dejé mi marca personal, una graciosa huella irregular.
Todo se alineó este día, el sol brilló y me acarició la frente al amenecer; una dulce alegría indescriptible me fluye en la sangre. El rock, el fútbol y las cervezas que guardo con recelo en la mochila, también ayudan al éxtasis, que debería ser eterno para nosotros.
Aproveché la soledad de mi primigenia presencia, destapé la tentadora botella con avidez. Y toda esa sensación que experimenté, debe ser nada al lado de un beso tuyo.
Entre furtivos tragos y un majestuoso, imposible e imaginario solo de guitarra nacen estas pocas palabras.
Si alguien es capaz de no prestarle atención a la cola del cometa (que todos tenemos), eres y fuiste tú.
Estoy embriagado de imágenes posibles, tangibles y bellas que con seguridad me ayudarás a hacerlas realidad con esa magia que te rodea.
Tu confianza y seguridad me dice que soy merecedor de una segunda oportunidad, y celebro el detalle con una segunda botella en la boca.
Estoy tan agradecido de vivir este presente, como lo debe ser la tierra seca cuando se deja hacer el amor por la húmeda lluvia.
Gracias!
Sumergible
Hace 4 años
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