No tengo ningún reparo en decir que me gusta mucho la música de Arctic Monkeys. Creo que ya una opinión mía, jamás sería objetiva. Esto es lo que muchos llaman fanatismo.
Todos sus singles, eps y discos me parecen geniales.
Fluorescent adolescent, lanzado al mercado a inicios de Septiembre de 2007, es mi single favorito.
De las cuatro canciones que trae el disco, sólo el tema homónimo está incluido en el segundo trabajo ('Favourite worst nightmare') de la banda originaria de Sheffield-Inglaterra.
Pero la canción que realmente merece ser destacada es la balada 'Too ask too much', sencilla sí, cargada de un aire a soundtrack también.
En serio, cada vez que escucho esa canción ninguna imagen frente a mis ojos es la misma.
Lo veo todo diáfano, lento y en su lugar. Me siento un observador invisible, al mismo tiempo inofensivo, así me siento.